Dominando el Corte de Uñas
El corte de uñas es una rutina de cuidado fundamental. Aprender a hacerlo en casa de forma tranquila y segura es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu gato, ya que evita el estrés del desplazamiento al veterinario y refuerza vuestro vínculo.
Herramientas y Anatomía: Dónde Cortar Exactamente
Antes de empezar, necesitas la herramienta correcta y saber exactamente dónde mirar.
Las Herramientas: Necesitarás un cortaúñas específico para gatos. Los más comunes y recomendados son los que tienen forma de tijera con una muesca o los de tipo "guillotina". Evita los cortaúñas para humanos, ya que aplastan la uña del gato y pueden astillarla.
La Anatomía de la Uña: Lo más importante es saber dónde cortar. La uña del gato tiene dos partes:
La Punta: Es la parte blanca y translúcida, sin sensibilidad. Esta es la única parte que debemos cortar.
La Pulpa (Vena): Es la parte rosada que se ve a trasluz en el interior de la uña. Esta zona contiene nervios y vasos sanguíneos.
¡Atención! Cortar la pulpa es doloroso para el gato y provocará sangrado. Si esto llegase a ocurrir accidentalmente, no hay que alarmarse. Mantén la calma y presiona la punta de la uña con un poco de polvo estíptico (o, en una emergencia, maicena o harina) para cortar la pequeña hemorragia.
Las Herramientas: Necesitarás un cortaúñas específico para gatos. Los más comunes y recomendados son los que tienen forma de tijera con una muesca o los de tipo "guillotina". Evita los cortaúñas para humanos, ya que aplastan la uña del gato y pueden astillarla.
La Anatomía de la Uña: Lo más importante es saber dónde cortar. La uña del gato tiene dos partes:
La Punta: Es la parte blanca y translúcida, sin sensibilidad. Esta es la única parte que debemos cortar.
La Pulpa (Vena): Es la parte rosada que se ve a trasluz en el interior de la uña. Esta zona contiene nervios y vasos sanguíneos.
¡Atención! Cortar la pulpa es doloroso para el gato y provocará sangrado. Si esto llegase a ocurrir accidentalmente, no hay que alarmarse. Mantén la calma y presiona la punta de la uña con un poco de polvo estíptico (o, en una emergencia, maicena o harina) para cortar la pequeña hemorragia.
La Técnica: Presión, Ángulo y Paciencia
El éxito reside en la paciencia y la técnica correcta.
Elige el Momento: El mejor momento es cuando el gato está tranquilo, relajado o incluso medio dormido (por ejemplo, después de comer o mientras descansa en tu regazo).
Expón la Uña: Coge su pata con firmeza pero con suavidad. Con tu dedo pulgar e índice, aplica una pequeña presión sobre el dedo, justo encima de la almohadilla. Esta presión hará que la uña retráctil se exponga por completo.
El Ángulo Correcto (Punto Clave): Identifica la pulpa rosada y la punta blanca. Al colocar el cortaúñas, hazlo en un ángulo vertical (de arriba hacia abajo), siguiendo la curva natural de la uña. No cortes de lado a lado (horizontalmente), ya que esto puede hacer que la uña se astille.
El Corte: Realiza un corte rápido y seguro, cortando solo la punta afilada.
Sé Paciente: Si el gato se pone nervioso, se retuerce o protesta, no lo fuerces. Es mejor parar y volver a intentarlo más tarde. A veces, es más fácil hacer solo una o dos uñas cada día hasta que ambos os acostumbréis a la rutina.
Elige el Momento: El mejor momento es cuando el gato está tranquilo, relajado o incluso medio dormido (por ejemplo, después de comer o mientras descansa en tu regazo).
Expón la Uña: Coge su pata con firmeza pero con suavidad. Con tu dedo pulgar e índice, aplica una pequeña presión sobre el dedo, justo encima de la almohadilla. Esta presión hará que la uña retráctil se exponga por completo.
El Ángulo Correcto (Punto Clave): Identifica la pulpa rosada y la punta blanca. Al colocar el cortaúñas, hazlo en un ángulo vertical (de arriba hacia abajo), siguiendo la curva natural de la uña. No cortes de lado a lado (horizontalmente), ya que esto puede hacer que la uña se astille.
El Corte: Realiza un corte rápido y seguro, cortando solo la punta afilada.
Sé Paciente: Si el gato se pone nervioso, se retuerce o protesta, no lo fuerces. Es mejor parar y volver a intentarlo más tarde. A veces, es más fácil hacer solo una o dos uñas cada día hasta que ambos os acostumbréis a la rutina.